Actualmente se habla mucho del placer de la lectura. Creemos ingenuamente que convenciendo a los chicos y chicas de que leer es un placer vamos a hacer de ellos y ellas muy buenos lectores. Sin embargo, el discurso escolarizado inventa un mundo idealizado de la lectura. Se quiere imponer la idea de que la lectura es una actividad lúdica. Creamos falsas expectativas. Es verdad que en sus inicios la lectura debería estar asociada al juego, a la narración, a la poesía. Pero la lectura es una actividad necesaria para vivir en el mundo actual. La lectura no siempre es un placer, sino una necesidad. La lectura es una habilidad para la vida que va más allá de las escuelas y del sistema educativo. ¿Es agradable leer las instrucciones para llenar declaraciones juradas? ¿Es un acto sumamente placentero leer los discursos políticos de candidatos a presidente o a alcaldes? Por más que estudiemos la carrera profesional de nuestro agrado, ¿todas las lecturas de todos los cursos nos gustan? Siempre hay lecturas por las que no sentimos placer alguno. Pero tenemos que leerlas por necesidad. Entonces ¿por qué vender la idea de que la lectura es un placer? Pues simplemente porque queremos buscar adeptos a nuestra causa: formar buenos lectores. ¿No importa vender ideas sobredimensionadas a los chicos? Los bajos resultados de los estudiantes en comprensión lectora a nivel nacional se explican, en parte, porque, desde primaria a secundaria, los chicos solo estan familiarizados con los textos literarios (se piensa que son los textos "placenteros" por excelencia) sin considerar que al salir de las escuelas, la vida no está hecha de literatura, sino de diarios, editoriales, textos publicitarios, comunicados, instructivos, etc, etc. En todo caso, lo que debería resultar placentero son las estrategias que pueden desarrollar los docentes en las aulas y que estas despierten la curiosidad de los estudiantes por la lectura de muchos tipos de textos.
3 comentarios:
Hola... Felicitaciones por este interesante blog.
Mientras leía tu entrada, disfrutaba de ella, era el placer de la lectura.
Uno lee con placer lo que le agrada, lo que va con sus intereses, pero no siempre leemos temas que nos agraden. Sin embargo, para llegar a ser un lector competente es necesario que nos desarrollen (los profesores) una "actitud" positiva hacia el acto de leer y ello dependerá del encuentro con obras literarias y revistas adecuadas a nuestros gustos e intereses propios de la edad.
Desgraciadamente, amigo, te podrás dar cuenta el enorme desinterés que existe en la mayoría de los docentes por investigar sobre el tema de la lectura con lo cual, el placer de la lectura en su etapa inicial no existe, sino todo lo contrario: el displacer de la lectura.
Si ello ocurre en la etapa básica, ¿de qué placer estamos hablando?
y, en efecto, nos quieren vender la idea de que toda lectura debe ser placentera.
Hasta cualquier momento
Manuel
http://mundomagico.obolog.com
Estimado Manuel:
Ese es el tema. Ya en nuestro discurso asumimos que las obras literarias son, en primer lugar, los textos placenteros por excelencia. No siempre es así. Y cada vez más debemos partir del mundo de los niños y adolescentes. No de nuestro mundo. ¿Por qué buscar en nuestro mundo literario lo que más calza y se adecua a ellos, en vez de adentrarnos en el mundo de ellos? Sé de niños y adolescentes que gustan mucho de las historietas como los animes. O de jóvenes que gustan de revistas como Dedomedio. Pero seguimos pensando en la literatura clásica, tradicional...Es verdad, amigo, habría que investigar, no en la teoría, sino en el diálogo con los niños y adolescentes...
La otra inquietud sería ¿ha desaparecido el placer por lo escrito y más bien se ha desplazado hacia lo audiovisual? ¿sería esto malo?
excelente trabajo y adaptado a hecho real. no toda lectura es placentera y la escuela al paracer no forma para el uso social de la lectura, sino para la aprobación. sigue así! exitos
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